La publicidad más leída

En papel, con alguna triquiñuela en el diseño, los diarios suelen diferenciar gráficamente la publicidad de la información. Algunos anunciantes, con cierta torpeza, intentan colar anuncios con estética de noticias, simulando incluso la maquetación o la tipografía propias de cada cabecera; pero, al menos, suelen verse obligados a encabezar sus inserciones publicitarias con un pequeño (lo más diminuto posible) letrero que dice ‘Publicidad’ o, más ambiguo, ‘Publirreportaje’.

En televisión es habitual, casi viejo, emitir anuncios protagonizados por presentadores de noticias y con formatos que emulan los de un informativo: es una horterada cantosa, pero se hace y cuela. Se multiplican, sin vergüenza, los ‘microespacios’ pseudoinformativos patrocinados por marcas que ‘informan’ de las virtudes de su sector productivo entre dos cuñas claramente comerciales, pero selladas con el anagrama y ‘copyright’ de las cadenas (como programas de elaboración propia).

No se me ocurriría pedir claridad, transparencia u honradez a los anunciantes y sus publicistas. Peor me sienta que medios y periodistas acepten participar de estas artimañas, pero ya estamos todos de vuelta, ¿no?

Lo interesante es esto: que un anuncio en toda regla se cuele entre las diez noticias más leídas del diario digital en castellano más leído del mundo.