De lo más enviado

Me gusta repasar estas herramientas en las que algunos medios de comunicación digitales destacan y ordenan las noticias ‘más leídas’, las ‘más valoradas’, las ‘más enviadas’…

Esta última categoría es emocionante. ¿A quién le enviamos una noticia que nos interesa y por qué? Normalmente a parientes, amigos, colegas, camaradas… Personas a las que enviamos un link como un abrazo. Estas noticias, las ‘más enviadas’, hablan de nosotros, como comunidad, como colectividad, como afines, como iguales. «Esto te va a interesar, lo sé». Y reenviamos también un guiño: «te conozco, me reconozco».

Uno se aventura a elucubrar, antropología de salón, quién ha leído tal cosa y se ha acordado de tal persona, que aquel día extrañaba cierta información y se hundía en el pesimismo porque, vaya uno a saber por qué, tal vez lo que decían que pasaba en Bolivia no parecía ser lo que éste sentía que pasaba, pero cómo saberlo…

Y sin querer, tranquilita, un par de meses más tarde, se cuela entre las ‘más enviadas’ una noticia que, vaya uno a saber por qué, no está entre las ‘más leídas’, ni siquiera entre las ‘más votadas’. Pero ahí está. Yo me la he enviado.