Tres claves para evaluar el 25S

El 25S, ¿ha sido un éxito, un fracaso o ninguna de las dos cosas? Aquí, tres reflexiones para el debate.

  1. Objetivo cumplido. Si el objetivo del 25S era rodear el Congreso, se consiguió. Entre policías y manifestantes, el Congreso estuvo efectivamente cercado toda la tarde. Si el objetivo era dar un primer golpe en la mesa, un nuevo paso hacia algún tipo de reivindicación constituyente, parece que también se logró. El aire de la protesta recordaba mucho al de aquellas movilizaciones medianas alrededor del 15M, cuando sin necesidad de una afluencia multitudinaria se conseguía subvertir la agenda mainstream. En definitiva, algo sí se movió.
  2. Respaldo. La accidentada y criminalizada convocatoria del 25S logró salvar con creces la cara de la afluencia —luego hablaremos de las cruces—. Dejando en la papelera el inaceptable cálculo de la Delegación del Gobierno, se puede hacer un cálculo realista y fiable sin mucha dificultad. El momento de mayor afluencia en Neptuno y alrededores se alcanzó entre las 19.00 y 20.00 horas. En ese momento, la mitad oeste de la plaza de Cánovas del Castillo (Neptuno) y el primer tramo del paseo del Prado —13.500 metros cuadrados— estaban completamente llenos de gente —3 personas por metro cuadrado como mínimo—. Pero es que en ese momento empezaba a llegar la gran marcha que venía desde Gran Vía. A esa hora desde Cibeles, se apreciaba con claridad que toda la calzada de bajada del paseo del Prado y Alcalá, desde el Círculo de Bellas Artes —20.000 metros cuadrados—, se encontraba ocupada, aunque sin masificaciones, se andaba a buen ritmo —o,5-1 persona por metro cuadrado—. El cálculo más conservador, a esa hora, no puede bajar de las 50.000 personas sin contar el flujo de entrada y salida, muy agitado y prolongado durante una tarde tan larga.
  3. Violencia. No sirve negarlo ni echar balones fuera. Una movilización que podía partir con propuestas y gestos interesantes ha quedado reducida a titulares, fotos y vídeos de cargas policiales, detenciones, forcejeos y, lo que es peor, heridos. Quizá no había ninguna intención por parte del Gobierno de dejar que esta concentración se consumase con naturalidad, quizá la Policía provocó, quizá había infiltrados, quizá los medios manipulan, quizá todo esto sea cierto, pero poco podemos hacer para cambiarlo. Y también es cierto que muchos vimos gestos y actitudes que no se correspondían con las consignas de los convocantes —“planteamos un acto de desobediencia civil, absolutamente pacífico, de resistencia no violenta”—. Excusas hay muchas, pero cuesta encontrar una que no sea falaz y autocomplaciente. Podemos y debemos exigirnos mucho más y ser mucho mejores. ¿Hicimos todo lo posible?

Actualización: Pocas horas después de publicar esta entrada, miles de personas volviamos a Neptuno tras las violencias del día anterior. La actitud pacífica ya no fue simplemente mayoritaria, fue de hecho unánime. Algo tan sencillo como la propagación de lemas y consignas contra cualquier encapuchado ahuyentó cualquier fantasma, propio o extraño. Se puede hacer.


2 comentarios on “Tres claves para evaluar el 25S”

  1. Alex dice:

    «Todo lo posible» no sé, pero desde luego no todo de lo que nos acusa (yo no vi ningún «ataque desproporcionado» ni «violencia extrema»…)

    Algún intento de forzar las vallas, actos reprobables pero aislados que rápidamente las «fuerzas del orden» utilizaron como excusa para intervenir indiscriminadamente.

  2. […] Aclárense, ¿somos muchos y colapsamos la ciudad o somos cuatro gatos y no podemos colapsar nada? Aquí ya explicamos que somos muchos. ¡Que 6.000 personas caben (achuchadas) DENTRO de la fuente de Neptuno! Superficie de 1.500 metros […]


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