‘Stop Desahucios’ en Nueva York

Mientras el diario EL MUNDO trata de distaciar el 15M y las acampadas de EEUU, ambos movimientos siguen encontrando similitudes. Sea ideario o imaginario, algo común y muy interesante está internacionalizando la protesta. ‘Occupy Wall Street’ se suma hoy a las acciones de ‘Organizing For Ocupation’ contra los desahucios. ¿Os suena? ¿El 15M uniéndose a la Plataforma Afectados por la Hipoteca?

Esta tarde, OWS y O4O, planean protestar ante el juzgado donde se celebran las subastas semanales de viviendas desalojadas: exigen una moratoria inmediata de las ejecuciones hipotecarias.

O4O saltó a la fama (local) por frenar el desahucio de una bisabuela de 82 años que pidió un préstamo de 80.000 dólares y acabó debiendo 200.000. El caso, aquí.

 


El tránsito

Lunes. 6.45 de la mañana. Línea 10 del Metro de Madrid. Entre las estaciones de Lago y Batán. Cuento hasta 11 personas dormidas a mi alrededor. Y pienso una vez más en este estupendo corto que vi hace tiempo.

Se puede ver mejor aquí.


Los que ya han ganado con Loterías

Al final o por ahora no habrá privatización en bolsa del 30 por ciento de Loterías y Apuestas del Estado. La operación ya tenía su (maldita) gracia cuando iba para delante. Lo de entregar al juego bursátil un organismo que gestiona juegos de azar era casi una broma macabra.

Para garantizar el éxito de la OPV, el ministerio de Economía y Hacienda consideró oportuno lanzar una campaña de publicidad. La campaña, una de las más importantes del año, se la adjudicó la agencia Shackleton. Nos ha costado 14 millones de euros. ¿Calderilla? Teniendo en cuenta que el Tesoro Público ingresó en 2010 más de 2.900 millones de euros gracias a los sorteos, sí. Teniendo en cuenta que es casi lo que destina Euskadi a becas de investigación o lo que destina Esperanza Aguirre a fomento del empleo parece una cifra más que considerable para haberse ido por el desagüe.

A esto hay que añadir el coste moral de ver al Estado negociando con algo tan delicado y de tantos matices dramáticos como el deseo o la necesidad patológica de buscar dinero por la vía rápida. En España el 2 por ciento de la población adulta padece ludopatía y un 3 por ciento está en riesgo (más de un millón de personas en total, por no hablar de familias y amigos). Como es lógico, la lotería atrapa con especial frecuencia a personas de escasos recursos (interesantísimo análisis de la relación entre juego y clase social, aquí -página 105-). La lotería no es solo «el impuesto que grava a los que no saben matemáticas», sino que también es otro injusto impuesto regresivo y antisocial.

El lema de la campaña resultaba nauseabundo: «Si hay algo seguro es que la gente nunca va a dejar de soñar». Podría ser una pintada de mayo del 68, pero no. Solo hay una lectura posible: «la gente -especialmente los pobres- siempre va a querer salir de la pobreza con urgencia, así que hay negocio seguro porque siempre va a haber pobres y porque vamos a seguir promoviendo un modelo social dominante en el que la medida del éxito sea la acumulación de bienes materiales».

Actualización (30/09/2011): Loterías asegura que el presupuesto de la campaña estaba estimado en un máximo de 10 millones de los que se habrían gastado seis.


El PP perderá las elecciones en 2015

Los pronósticos ante el 20N de 2011 son para cobardes. He aquí un pronóstico electoral para el domingo 22 de noviembre de 2015, suponinedo que se agote la legislatura.

El PP gobernará tras el 20N por los pelos (mayoría absoluta, pero por los pelos) después de que su campaña electoral movilice a la izquierda desencantada. Todo el partido lamentará no haber seguido la estrategia de ‘estatua humana’ de su líder, Mariano Rajoy, pero gobernarán.

Cuatro años después, el PP perderá las elecciones (o al menos la mayoría absoluta). El PP habrá hecho buenos los recortes del PSOE. El PSOE habrá recuperado, incluso desde las pancartas, su discurso de izquierdas, no así su credibilidad hasta que cambie de candidato y promocione a Carme Chacón -ojo, digo que el progresismo PSOE volverá a ser creíble, no digo que vaya a ser sincero-.

Perderá por los derechos
El PP confía en recoger los frutos de la salida de la crisis. No lo hará. La salida de la crisis parece cada vez más lejana y una caída más profunda es probable, lo que aniquilaría su (importante, pero no determinante) baza de ‘buen gestor’: no habrá 3 millones de empleos. Pero, sobre todo, el PP perderá dentro de cuatro años por sus políticas (anti) sociales. Vendrán más recortes en las prestaciones asistenciales y no van a ser populares, pero además, el PP se verá presionado por su flanco derecho para ‘recortar’ también derechos y libertades individuales (ya lo ha insinuado): aborto, matrimonio homosexual, autonomías, igualdad de género… La contestación en la calle será muy dura y el PP la gestiona mal.

Perderá la mayoría en la calle
Esta contestación en la calle va a ser protagónica durante la próxima legislatura. Varios factores parecen condimentar una tormenta perfecta para el conflicto social. Ciertos tópicazos cínicos esconden un fondo digno de análisis: la izquierda, ¿se crece en la oposición -«contra Franco vivíamos mejor»-? Lo que si está claro es que el PP, erigido – en partido único en todas las administraciones no podrá echar balones fuera y tendrá que encajar todos los golpes.

Estudiantes
Los recientes recortes de gobiernos autonómicos del PP están movilizando a una parte crucial de la ciudadanía: los estudiantes. Jóvenes que ahora están en los institutos están movilizandose -aprendiendo a movilizarse- junto a sus profesores y padres y en los próximos años, ay, llegarán a la universidad, ese quebradero de cabeza para la derecha. Estos jóvenes añaden de su cosecha un talento nativo digital para la agitación del que profesores y padres están aprendiendo.

15M
Sobre el 15M no me atrevo a hacer pronósticos: su capacidad de sorprenderme, su flexibilidad, me lo complican demasiado. Sí creo que va a seguir actuando como un cohesionador plural de movimientos sociales, vecinales o populares. Su faceta de oposición tirará del carro como ha hecho en los últimos meses de esta legislatura y su labor propositiva (quizá la menos mediática y más interesante, la de comisiones y grupos de trabajo) seguirá colando exigencias ciudadanas en la vieja agenda partidista tradicional.

Conflicto laboral (muy gordo) a la vista
Los sindicatos también le causarán problemas al PP. Y el PP les causará problemas a los sindicatos. Si CCOO y UGT anduvieran rápidos de reflejos, quizá deberían renunciar a las subvenciones antes de que el PP se las quite (o las reduzca al mínimo). No lo harán y el PP querrá apuntarse el tanto demagógico de poner firmes a los grandes sindicatos. Colará entre los suyos, pero la huelga general no se la quita nadie. Quizá el PSOE tenga problemas para explicar su postura ante la eventual huelga, pero si los recortes laborales siguen la senda que se vislumbra, los sindicatos tendrán razones fáciles de explicar y de entender para la movilización. Las movilizaciones de los últimos años, aunque hayan parecido invisibles, han existido. La afiliación (3.000.000 de personas en España, 1.200.000 solo en CCOO) y los delegados y delagadas de base tienen razones para el agotamiento, la crítica y el escepticismo, pero la campaña antisindical de la derecha ignora un factor discreto, pero no intrascendete: el ‘síndrome yoestuveallí‘ (irritación contrariada de quien asiste a una manifestación que no sale en la tele o de quien vive una realidad inmediata -«mi comité planta cara a la empresa»- diferente a la información publicada -«los sindicatos no hacen nada»-).

Las dos bazas del PP
Al PP le puede ayudar la izquierda europea. ¿Paradójico? Al igual que la derecha europea ha arrastrado al PSOE -muy obediente, nada protestón- hacia sus fueros, la ola de gobiernos de izquierda que se avecina en Europa puede cambiar la tendencia. Si los giros a la izquierda se confirman, la UE podría, de una vez, recuperar su discurso socialdemócrata y permitir (u obligar) a Rajoy a aplicar medidas económicas sociales  de freno a «los mercados» (reforma fiscal progresiva, tasas a las transacciones financieras, aranceles a los paraísos fiscales, restitución de la deuda, inversión pública…): todas estas medidas, reclamadas por la ONU, podrían ayudar a Rajoy de dos maneras: proyectará una imagen centrista que relajará -un poco- al electorado de izquierdas y, como son buenas medidas económicas, le podrán ayudar a ‘sacarnos’ de la crisis.

Racismo
La otra baza del PP es la peor. Cabe temer que la crisis siga enquistada y que el PP cambie el marco del debate en busca de un chivo expiatorio. La apariencia de éxito de sus experimentos xenófobos en Cataluña puede tentar al PP a nivel estatal si la cosa se tuerce y se ven incapaces de enderezarla. ¿Funcionará? Creo -o espero- que no: políticos y banqueros han reunido sobre sí tanto descontento social que va a ser difícil que cambien el foco.

¿Y ETA? Pues no tengo ni idea, pero… Creo que la oposición del PP a la última fase de conversaciones con la banda fue tan dura, tan capital en su oposición, tan definitoria de su identidad que él solito se ha puesto muy difícil cosechar algún rédito electoral de un final de ETA que no sea policial. Y creo que el final de ETA no va a ser policial. En cualquier caso se me hace difícil calibrar la dimensión política y mediática que va a tener la presencia segura de la izquierda abertzale en el Congreso. Las sesiones de control al Gobierno,  ¿dejarán de ser un duelo PSOE-PP para convertirse en una bronca PP-Amaiur? ¿Eclipsará este conflicto parlamentario el progreso de la crisis económica? Creo que  con diputados abertzales en la carrera de San Jerónimo, ETA tendrá más difícil atentar. Y si ETA sigue sin matar, su final, policial o político, siendo importantísimo, tendrá menor influencia electoral que el de una ETA activa.

A la izquierda del PSOE
¿Y la izquierda real, a la izquierda del PSOE? Sus buenos resultados del 20N quedarán momentánemante ocultos por los titulares que hablarán de la irrupción de Amaiur en el Congreso. Pero su voz se oirá más que en esta legislatura: IU recuperará su grupo parlamentario propio, aunque el 21N se hablará más de Equo, que logará algún diputado. No creo que su electorado se desmovilice de aquí a 2015, pero los resultados de ambas dependerán mucho, otra vez, de que el próximo Gobierno acometa la reforma de la ley electoral. ¿Imposible? Aunque sea como guiño centrista para calmar alguna tormenta o para atraerse algún apoyo futuro de UPyD, puede colar, ¿no?

Advertencia: Todos estos pronósticos carecen de fundamento. La realidad puede ser exactamente la contraria a lo vaticinado.


Camorristas, pendencieros y El Corte Inglés

Las identidades y los significados de los ‘indignados’ y de El Corte Inglés parecen condenados a cruzarse, como antagonistas necesarios. Tras los primeros días de acampada en Sol, la imagen de los escaparates de los grandes almacenes cubiertos por carteles y lemas daba un sentido redondo a la confrontación. Cuando empezó la campaña mediática contra el 15-M, que hoy sigue arreciando (buena señal), todos volvimos la vista a ese horrendo edificio de la calle Preciados que se asoma al Kilómetro Cero.

El Corte Inglés es un símbolo y más. Es un agente esencial del pensamiento y las clases dominantes: su poder empresarial y mediático lo convierten en icono. Que logre abrir sus puertas o que no consiga subir la persiana en una jornada de Huelga General puede decidir las portadas del día siguiente: decenas de antidisturbios se encargarán de que pueda hacerlo.

La lucha sindical en sus entrañas es una epopeya digna de una novela negra, con amenazas, traiciones, extorsión y, por supuesto, violencia incluidas.

Que sea condenada por algo es noticia. ¡Y que la noticia salga en el telediario también es noticia!

Por eso es tan elocuente una discreta frase que José Bono pronunció durante la presentación del nuevo libro de Pedro J. Ramírez. Después de que Esperanza Aguirre acusara a los indignados de fraguar un golpe de Estado y tacharlos, con ese lenguaje dieciochesco que le encanta, de pendencieros y camorristas, el presidente del Congreso soltó una de esas bromas preñadas de cinismo involuntario (¿es una epidemia?): «Estamos todos. El presidente, el que quiere serlo y El Corte Inglés«.


Los portugueses contraatacan a Moody’s

Desde lixoparamoodys.com (basura para Moody’s) proponen una entretenida forma de relajarse tras los ataques de las agencias de calificación.

Ellos han optado por mandar su basura a Nueva York. A este lado de la raya se podría ahorrar algo en sellos utilizando las direcciones postales de las oficinas españolas.

  • Moody’s España. Calle Principe de Vergara, 131, 6 Planta, 28002, Madrid
  • Fitch. General Castaños nº11, 1º Izq. 28004, Madrid
  • Standard & Poors España. Calle Marqués de Villamejor, 5, 28006, Madrid

[FOTOS] Antes, durante y después de #acampadasol

Asamblea en #acampadasol la tarde/noche del 16 de mayo

Camión de la limpieza después del desalojo de la #acampadasol

Donde antes había una carpa, ahora hay un furgón policial (martes, 17 de mayo)

Más adelante y si el ADSL lo permite, publicaremos algunas imágenes en vídeo del desalojo.

ACTUALIZACIÓN: aquí está el vídeo prometido.

 

 


Escudos humanos (infantiles) de Israel

En esta nueva entrega de noticias que pasarán sin pena ni gloria, dos militares israelís han quedado en libertad condicional después de usar a un niño palestino como escudo humano.

Los militares obligaron al niño, de nueve años, a abrir varios bultos sospechosos de contener explosivos.

Además de los tres meses de libertad condicional (sí, sí, tres meses) los han degradado al rango de sargentos (eran suboficiales).

Podéis leer la noticia completa aquí.


¿Por qué escriben papa con mayúscula?

Lo habréis leído en casi todos los medios de comunicación. He aquí un pantallazo de la portada de la edición digital de EL PAÍS.

La pauta ha sido común en todos los grandes medios al margen de sus líneas editoriales. El cargo de Benedicto XVI, escrito con pe mayúscula. En EL MUNDO o EL PAÍS optan por escribirlo siempre con mayúscula, igual que la agencia Europa Press. En PÚBLICO he leído noticias en las que el cargo aparece con mayúscula en el titular y minúscula en el resto del texto. En EFE, el caos es total.

¿Por qué? No se sabe. La norma es clara:

papa

Escríbase con minúscula inicial.

Según el Diccionario panhispánico de dudas de las Academias de la Lengua, la palabra papa tiene que ir con minúscula inicial siempre que aparezca ante el nombre de la persona que ocupa el cargo («Empieza la histórica visita del papa Benedicto XVI al Reino Unido»).

No obstante, la norma admite la posibilidad de escribirlo con mayúscula en ciertos casos muy específicos, como cuando se emplea referido a una persona concreta, sin mención expresa de su nombre propio; pero, dado que no es obligatorio, y que no hay razón para crear una excepción, se recomienda que se siga la norma general de escribirlo con minúscula.

Recuérdese que esto mismo es aplicable a las palabras pontífice, obispo de Roma y santo padre, utilizadas como sinónimos de papa.

¿Es un error inocente? ¿Zalamería o cobardía ortográfica? Cualquier cosa, desde luego, menos «laicismo agresivo», sospecho.


La huelga más difícil sale adelante

Hasta ayer, pese a las declaraciones oficiales de los líderes sindicales, entre las bases y ‘cuadros medios’ de Madrid era difícil disimular una sombra de temor ante un posible fracaso de la huelga general de hoy, 29-S.

Anoche, tras la concentración en la Puerta del Sol, muchos acudimos a la sede de CCOO en la calle Lope de Vega. Cuando entramos en el auditorio Marcelino Camacho, a algunos se nos heló la sangre. «¿Dónde está la gente? ¿Por qué hay tantos asientos libres? Somos cuatro gatos». Era la primera huelga general en activo para muchos de nosotros. El temor al fracaso ya no se podía disimular. De repente, sonó un timbre, una campana de las que avisan de que el descanso ha terminado. Y el auditorio se llenó. La gente estaba ahí fuera. No podíamos verlos, pero estaban ahí fuera, en la calle, apurando cigarrillos o rollos de pegatinas.

Y ese el resumen de esta huelga. La gente estaba ahí fuera. Después de años de desprestigio, meses de linchamiento mediático, semanas de insultos y días de guerra abierta contra la huelga y los sindicatos, la gente seguía ahí fuera. Y esta tarde han llenado el centro de las principales ciudades.

No, no creo que ésta haya sido la mayor huelga de la democracia, pero sí la más difícil, la más vilipendiada y, quizá por ello, la más autética. Hoy hemos hecho huelga quienes hemos podido librarnos del ruido. Miles, decenas de miles o cientos de miles. Estábamos ahí fuera, pero no nos sacaban en los telediarios, las tertulias y los magacines. Sonó la campana, el timbre, y la calle estaba llena.