‘Modulen’ su derecho a tomarnos por idiotas

Parece que han encontrado una excusa. Muchos demócratas de toda la vida empiezan a sentirse incómodos con la movilización ciudadana porque… Porque… Porque las manifestaciones no les dejan circular. Sí, eso dicen. Ese parece el mantra de moda: “tu libertad termina donde empieza el capó de mi coche” —asumo que hablan de circular en coche porque peatones, ciclistas e incluso motos se ven menos afectados por una manifestación salvo que esta sea excepcionalmente masiva—.

Los últimos en tantear el terreno para una hipotética reforma legal que restrinja o “module” el derecho a manifestarse han sido la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y el flamante presidente de la Comunidad, Ignacio González, que nos acusa de “estar colapsando una ciudad permanentemente”. No son los primeros: durante la acampada que siguió a la represión que siguió a la manifestación del 15M también se oyó esa queja —me niego a llamarlo argumento— y la idea de montar un manifestódromo en Madrid es tan vieja como esta democracia.

Que el derecho de manifestación está por encima del de circulación lo dejan bastante claro los tribunales. La propia Cifuentes se quejaba de que la justicia no paraba de tumbar sus intentonas ‘modulacionistas’:

“La Delegación ha intentado en diversas ocasiones no prohibir sino modular este derecho cambiando itinerarios o de día una manifestación porque creíamos que podía suponer un peligro de orden público, sistemáticamente el Tribunal Superior de Justicia de Madrid siempre ha fallado en nuestra contra y nos ha condenado a costas”

Pero suponiendo —lo que es mucho suponer— que fuese factible tratar de hacer colisionar ambos derechos, ¿estaríamos realmente ante un conflicto veraz? ¿O tal vez son libertades que ni siquiera rozan aunque queramos forzar el choque?

La manifestación que ha dado lugar a esta nueva andanada de lamentos circulatorios es, por supuesto, la del 25S y sus consecuencias. Analicemos el “colapso” real que pudo causar.

En primer lugar sería de agradecer que González o Cifuentes limpiasen su discurso de contradicciones. Si el 25S había 6.000 manifestantes, que se pueden apretar en 1.500 metros cuadrados, difícilmente pudieron colapsar la ciudad. Aclárense, ¿somos muchos y colapsamos la ciudad o somos cuatro gatos y no podemos colapsar nada? Aquí ya explicamos que somos muchos. ¡Que 6.000 personas caben achuchadas DENTRO de la fuente de Neptuno!

Superficie de 1.500 metros cuadrados sobre la fuente de Neptuno.

Superficie de 1.500 metros cuadrados sobre la fuente de Neptuno.

Aceptando que somos muchos, al menos los suficientes como para cortar el tráfico del Paseo del Prado y la plaza de Cánovas, ¿qué grado de incordio supone eso para la circulación?

Pues resulta que es un fastidio más aparente que cierto. El trayecto de Cibeles a Atocha, el más afectado por un corte en Neptuno, mide 1,3 kilómetros y se recorre, según San Google, en 3 minutos.

Cálculo del trayecto de Cibeles a Atocha por Neptuno.

Cálculo del trayecto de Cibeles a Atocha por Neptuno.

Si cortamos Neptuno y hay que desviarse por Alfonso XII, la ruta se alarga 800 metros, hasta los 2,1 kilómetros y se recorre en 7 minutos.

Cálculo de la ruta de Cibeles a Atocha con desvío por Alfonso XII.

Cálculo de la ruta de Cibeles a Atocha con desvío por Alfonso XII.

¿De verdad es aguantable que un presidente autonómico y una delegada del Gobierno magnifiquen un desvío de 800 metros —¡cinco minutos!— y lo esgriman para pedir restricciones a un derecho fundamental? ¿No podrían, por favor, modular su derecho a tomarnos por idiotas?